Los 8 males del profesor universitario

martes, 26 de marzo de 2019

Los 8 males del profesor universitario



                                                        Foto: Nik Shuliahin

Por: Héctor G. Barnés 

Hasta hace relativamente poco, la de profesor universitario era una ocupación privilegiada. No sólo gozaba de una buena reputación entre todos los estamentos de la sociedad, sino que esta se correspondía con una gran influencia social y una remuneración acorde con el puesto. John Edward Masefield, poeta inglés, escribió que “hay pocas cosas terrenas más hermosas que la universidad: un lugar donde los que odian la ignorancia pueden luchar por el conocimiento, y donde quienes perciben la verdad pueden luchar para que otros la vean”. 
Se desprecia el valor del conocimiento por la eficiencia
No obstante, y de manera paralela al crecimiento de la población universitaria durante la segunda mitad del siglo XX, el profesor universitario parece estar sometido a más estresantes que nunca. No sólo ha perdido su categoría social, sino que también ha visto cómo su sueldo ha disminuido de manera inversamente proporcional al del estrés que ha de afrontar. Todo ello formando parte de una institución cuyas estructuras apenas han evolucionado en siglos.
“El trabajo del profesor universitario es uno de los más tóxicos”, recuerda con contundencia el psicólogo y profesor de Recursos Humanos de la Universidad de Alcalá Iñaki Piñuel. “Se valora poco porque se cree que el trabajo del sector educativo es de guante blanco, pero contrariamente a ello, el entorno del profesor universitario produce niveles de estrés superior a otros y quiebra la capacidad laboral de muchos profesores a una edad más temprana”.
Hace ya una década que un estudio de la Universidad de Murcia puso de manifiesto que el 83,6% del profesorado sufría de estrés crónico, y aunque su autor, el profesor ya retirado de Psicopatología de la Universidad de Murcia José Buendía reconoce que “los datos son perecederos”, la situación parece haber empeorado tras la implantación del Plan Bolonia. Es una situación que se repite en otros países vecinos, como el Reino Unido, donde recientemente una investigación publicada por el UCU (Universitary and College Union) ponía de manifiesto que las enfermedades mentales habían aumentado sensiblemente entre la población académica.
El estudio sintetizaba algunos de los principales escollos para la felicidad del profesor, entre los que se encuentran el constante escrutinio externo, la imposibilidad de conciliar la vida personal con la laboral y la necesidad de proporcionar constantemente resultados positivos. Como recuerda la profesora titular de sociología de la Universidad de La Coruña Rosa Caramés, “se desprecia el valor del conocimiento por la eficiencia”. Estos son los principales “jinetes del Apocalipsis” a los que tiene que enfrentarse el profesor contemporáneo.
1. Es una institución del siglo XXI que sigue funcionando de manera medieval
Quizá la comparación más reveladora para definir la universidad sea la que utiliza Piñuel: las universidades siguen reflejando con gran fidelidad las características de la sociedad feudal en la que nacieron. “El feudalismo genera sus cabecillas y sus súbditos, que están obligados a respetar ciertos códigos ajenos al siglo XXI, como cuando te dicen ‘no te presentes a esta plaza porque ya está adjudicada’ o ‘tú no puedes publicar en esta revista hasta que yo lo haga”, explica el autor de La dimisión interior (Ed. Pirámide).
Como dejó escrito el administrador de la Universidad de Harvard Henry Rosovsky en The University: an Owner’s Manual, “las universidades aman los rangos jerárquicos tanto o más que el ejército”. El psicólogo añade que, a diferencia de la educación primaria o secundaria, la universidad está formada por alumnos ya adultos, “que son gente más exigente”, y el profesor está obligado a actualizarse continuamente. Ello da lugar a factores de riesgo psicosocial como “la rivalidad, la competitividad, las camarillas de poder o las guerras intestinas”, frecuentes en el ámbito universitario y que minan poco a poco la resistencia del profesor.
2. El día que el profesor pasó a ser un burócrata
El Plan Bolonia ha traído consigo, entre muchas otras cosas, una burocratización de la enseñanza que ha provocado que los profesores pasen más tiempo rellenando formularios, pruebas y revisiones que dedicados a la preparación de sus clases y a sus proyectos de investigación. “Bolonia se ha implantado de manera desastrosa”, sintetiza Rosa Caramés. “Sólo se ha conseguido consumir el tiempo dedicado a la preparación de las clases y dedicar más tiempo a labores puramente administrativas”.
Piñuel se muestra de acuerdo: “Son un montón de horas de trabajo que sobrecargan a un profesor que ya está suficientemente sobrecargado de por sí. Para conseguir nada estamos incrementando una carga que no tiene mucho valor añadido. No por rellenar más papeles es mejor, al contrario, el tiempo disponible para preparar clases e investigar se emplea en reuniones y consignar papeles”. También disminuyen las horas de descanso y esparcimiento, vitales para el bienestar de cualquier trabajador.
Esta “maquinaria”, como la define el psicólogo, conlleva otro problema: el aumento de las pruebas sobre el control del profesorado. Algo que en principio tendría como objetivo garantizar la calidad de la enseñanza, se añade a las montañas de burocracia ya existentes y someten al profesor a un continuo escrutinio. “Es la paradoja tras la ilusión del control”, explica Piñuel. “Es un efecto de la centralización de las políticas de la UE que necesita sistemas de control. La idea de consignar papeles, documentos o comisiones da la sensación de que las cosas se están gestionando mejor. Es pura entelequia”.
Pablo, profesor durante quince años tanto en España como en Inglaterra, cree que ello ha provocado, no obstante, que haya un mayor control sobre el acceso a los puestos docentes. “Antes, cualquier catedrático o profesor con influencia podía enchufar a quien le diese la gana (te sorprendería saber en cuántos departamentos de la universidad pública hay padres e hijos o maridos y mujeres)”, explica. “Ahora, al menos, el enchufado ha de pasar un filtro, aunque sea un filtro de mínimos, no del todo exigente, discutible, etc.”
3. Acoso por arte de los alumnos... y por parte de los compañeros
Aunque el acoso por parte de los estudiantes no es tan frecuente como en la educación secundaria, los profesores también manifiestan ser víctimas de amenazas por parte de sus alumnos. El desprestigio reciente de la educación no ha ayudado precisamente: “En los últimos años ha entrado una corriente que desprestigia la labor del docente. En ocasiones parece haber un afán reduccionista, un tanto persecutorio, de la labor de las personas que se dedican a la docencia”, explica Rosa Caramés, que sugiere que muchas veces el profesor es acusado de una serie de cosas –“que no corrige bien, que tiene manía a los alumnos, que no sabe dar clase”– que tan sólo son ciertas en un número limitado de casos, pero que suele hacerse extensible a todo el cuerpo docente. 
La creciente competencia provoca que las zancadillas sean frecuentes
A este hay que añadirle el mobbing ocasionado por los propios compañeros: según el estudio anteriormente citado, realizado en la Universidad de Murcia en el año 2004, hasta el 44% del personal manifestaba sufrir acoso laboral. Algo que, como señaló en aquella ocasión el profesor José Buendía, “tiene como objetivo que se abandone el centro, puesto que al ser funcionarios, no se les puede despedir”. Piñuel añade que la creciente competencia provoca que las zancadillas sean frecuentes: “Quien no acata las reglas, se convierte en un chivo expiatorio y es perseguido”.
4. Hay que luchar mucho para ascender.
El del acceso a la docencia universitaria es un camino lleno de palos y piedras y, sobre todo, sacrificios obligados. Pasan años hasta que se pueda impartir clase, mucho más hasta que alguien se convierte en profesor titular y ya no digamos convertirse en catedrático. Abundan las horas extras, las asignaturas impartidas a cambio de nada o el “tráfico” de artículos que permite a algunos profesores seguir un año más aferrados a su puesto gracias a trabajos realizados por sus estudiantes.
“El motivo de conflicto más grande que puede haber en un departamento es casi siempre las plazas”, explica Pablo, que matiza que al no haber plazas nuevas durante los últimos años, los conflictos han desaparecido. “En el pasado, cuando no existía el método de las acreditaciones, las plazas las decidía el catedrático de turno, y siempre terminaba favoreciendo a sus preferidos, mientras que los otros se jodían y tenían que esperar años hasta conseguir sacar su plaza. Aún hoy se ven rencillas entre profesores que vivieron ese sistema y que se enfrentaron unos a otros por plazas”. 
Preparar bien una hora de clase puede llevarte entre ocho y diez horas
Algo que, no obstante, no siempre es percibido de forma necesariamente negativa, especialmente como una solución al piloto automático que provoca la falta de ilusión entre los docentes de mayor edadLuna Paredes goza de una beca FPU (Formación del Profesorado Universitario) e imparte clases de «Análisis y comentario de textos literarios» en la Universidad de Alcalá. “El hecho de que un becario imparta una asignatura completa me parecía a priori una irresponsabilidad”, explica. “Sin embargo, un becario también va a afrontar las clases con un entusiasmo que algunos profesores (no todos, no siempre) han perdido”.
El esfuerzo exigido a los primerizos, frente al de los funcionarios, “sólo puede traer cosas buenas”, señala, aunque “implica que las horas de preparación de una sola clase sean ingentes”. Como recuerda Pablo, que imparte ocho horas de clase a la semana, “preparar bien una hora de clase que impartes por primera vez puede llevarte entre ocho y diez horas”. “El becario debe hacerlo bien porque, en primer lugar, está inseguro y se esfuerza ante los alumnos y en segundo lugar, porque no quiere cagarla ante el director de tesis ni el departamento”, concluye Paredes.
5. Se cobra menos de lo que se piensa
El de los sueldos de los profesores universitarios es un tema complicado, en cuanto que estos varían sensiblemente dependiendo del centro, de la categoría del docente o de los diferentes incentivos autonómicos. Las categorías inferiores son las principales perjudicadas de un sistema que se complementa con los célebres quinquenios y sexenios –períodos dedicados a la investigación–, pero a los que no todo el mundo tiene acceso. El salario base puede llegar a encontrarse en unos 1.100 euros. Rosa Caramés recuerda que, aunque ella no pertenezca a dicho grupo, los más jóvenes sufren una mayor precariedad, “con contratos de muy pocas horas por las que se paga muy poco, a pesar de que el tiempo de preparación de las clases sigue siendo el mismo. La docencia se concentra en poco tiempo para ahorrar presupuesto”.
6. El sistema educativo "marketinizado": el estudiante siempre tiene la razón
Existe cierto consenso entre los profesores en señalar que el alumno ha pasado de ser un estudiante a convertirse en un cliente, algo en consonancia con la tendencia privatizadora del sistema universitario. Ello obliga a que el docente redefina sus tareas y se vea obligado a reinterpretar su labor, lo que en opinión de Rosa Caramés, da lugar a una relación “un tanto viciada”. “Todas las cosas materiales e inmateriales tienen un precio y un valor, que no tienen por qué coincidir”, explica la socióloga. “No se entiende que los conocimientos y su proceso de adquisición es un proceso mutuo. Como todo se ha mercantilizado, lo único que parece sustentar la relación entre profesor y alumno es el precio de la matrícula”. 
Uno de los factores novedosos es que el profesor se tiene que poner al servicio del alumno, algo que antes no se entendía así
Como señalaba el filósofo José Luis Pardo en 2008, “todo comenzó con la sustitución de las “asignaturas” por “créditos”. Piñuel lo interpreta como una liberación del estudiante de las cadenas que el sistema feudal le había impuesto. “Uno de los factores novedosos es que el profesor se tiene que poner al servicio del alumno, algo que antes no se entendía así, sino que se ponía énfasis en el profesorado. El alumno ha evolucionado a ser alguien que tiene derechos, que puede exigir, que puede pensar y reclamar”. Algo a priori positivo pero de lo que, sin embargo, el profesor no parece haberse beneficiado: “Precisamente, el burnout en el profesor genera situaciones de maltrato hacia los alumnos impropia de este tiempo, como arrogancia, prepotencia...”
7. La investigación, ¿sirve para algo?
En el año 2013, la comunidad científica se vio sacudida después de que el Premio Nobel Randy Schekman denunciase que el factor de impacto de las revistas –es decir, la puntuación recibida por cada publicación sobre el número de veces que sus artículos son citados– vicia la investigación, y crea burbujas en torno a determinados temas. Algo semejante ocurre con el funcionamiento de los diferentes departamentos de investigación, que se centran exclusivamente en aquellos temas que les pueden dar una mayor visibilidad, despreciando aquello que no está de moda. 
Una parte importante de los ingresos de los departamentos dependen de la productividad de los miembros
La máquina de la producción científica no puede pararse. Como recuerda Pablo, en países como Inglaterra, “una parte importante de los ingresos de los departamentos se los juegan con la productividad de los miembros. Es decir, si un profesor se pasa tres años sin publicar un artículo de prestigio o sin conseguir un proyecto de investigación, baja los promedios del departamento y este pierde dinero”. No obstante, se trata de una situación que afecta más en el extranjero que en nuestro país. “Un profesor titular (y conozco no a uno o a dos, sino a muchos) puede tirarse, no tres años, sino toda una vida sin dar un palo al agua, excepto prepararse sus horas de clase semanales, corregir exámenes y punto”, explica el profesor.
8. Sentimiento de inutilidad
En una reciente investigación llamada It’s a Bittersweet Symphony, This Life: Fragile Academic Selves, el profesor de gestión de las organizaciones de la Universidad de Lancaster David Knights, tras analizar los problemas de identidad entre el cuerpo lectivo inglés, llegó a la conclusión de que la mayor parte de sentimientos de los profesores hacia sus centros estaban marcados por la ambivalencia. Por una parte, porque su idea del mundo académico estaba marcada por la pasión, por el entusiasmo y por unas elevadas expectativas. Pero, al mismo tiempo, estas se encontraban matizadas por una agria sensación de que muchas de sus aspiraciones parecían “irrealizables, si no irreales”. 
Así como periódicamente hacemos una revisión de nuestro vehículos, deberíamos hacer la ITV psicológica de los profesores
“Los que tenemos más vocaciones de hacer cosas nos vamos desgastando”, afirma Pablo. “Muchos de estos profesores que sólo hacen docencia en realidad no tienen interés en nada y por eso no investigan, lo único que les apetece es leerse el periódico, hablar por teléfono y tomar cafés”. Es la última etapa de un proceso que erosiona poco a poco las ilusiones privilegias y que, como recuerda Piñuel, aparece mucho antes que en otras profesiones. “Si bien la respuesta a nivel institucional a sus esfuerzos no alcanzaba el reconocimiento jerárquico, social o por parte de los compañeros, la dulzura de una carrera potencialmente estimada y una identidad reconocida de manera pública disparó sus esfuerzos”, concluía el estudio sobre esos frustrados, pero ilusionados, profesores.
“Así como periódicamente hacemos una revisión de nuestro vehículo, deberíamos hacer la ITV psicológica de los profesores”, concluye Piñuel. “Tenemos entre nuestras manos el mejor capital simbólico del país”. No se trata únicamente de preservar la calidad de vida de los docentes, sino también, de evitar que el alumnado sea la última víctima de un sistema desencantado y cada vez más oprimido.
Tomado de: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-01-24/males-profesor-universitario-trabajos-toxicos_156018/ 
¿Cuál de los anteriores "males" le es familiar y qué haría para contrarrestarlo? 

32 comentarios :

  1. Particularmente considero que muchas veces caemos en el mal 2. que el autor denominó "El día que el profesor pasó a ser un burócrata", los formatos, las impresiones, siempre las reuniones que deben llevar actas y curiosamente formatos para convocarlas; para el caso de este mal considero que podemos sustituir algunas tareas, eliminar los pasos innecesarios como los registros impresos al implementar tecnología, reducir las reuniones en tiempo y frecuencia, la idea es que el docente tenga el tiempo para dedicarlo a lo realmente importante, lo académico.

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  2. Particularmente considero que muchas veces caemos en el mal 2. que el autor denominó "El día que el profesor pasó a ser un burócrata", los formatos, las impresiones, siempre las reuniones que deben llevar actas y curiosamente formatos para convocarlas; para el caso de este mal considero que podemos sustituir algunas tareas, eliminar los pasos innecesarios como los registros impresos al implementar tecnología, reducir las reuniones en tiempo y frecuencia, la idea es que el docente tenga el tiempo para dedicarlo a lo realmente importante, lo académico. Dario Leon Rincon

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  3. Se cobra menos de lo que se piensa: la mayoría de nuestros estudiantes, y aun otros profesionales y familiares que han sido participes de las implicaciones de la labor docente (su trabajo no se limita al horario de clase propiamente dicho) piensan que nuestra remuneración es alta, sin embargo la realidad de nuestro país dista por mucho de esta expectativa. Los salarios no evidencian la calificación de trabajos, en la noche, madrugadas, y fines de semana, las largas jornadas de preparación y búsqueda de material (para los que aun preparamos la clase), la inversión en maestrías y doctorados que se hacen con el animo de perfeccionar la labor e incrementar el salario, pero que en ninguna medida evidencian la tasa de retorno de lo invertido.

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  4. Me identifico con el problema número 8, ya que el año inmediatamente anterior propuse a otra universidad un tema a desarrollar, el cual no solo era de actualidad, sino importante para la gente, el cual fue rechazado de plano. Me abstengo de mencionar la universidad, así como los profesores que tuvieron a su cargo el análisis del tema propuesto.

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  5. Siempre hay un peligro latente en la profesión de ser un profesor y es dejar que la burocracia lo aborde sin permiso. Mantenerse en el interés pedagógico y en el personal de impartir enseñanza, creería que puede blindar cualquier amenaza que desvirtué el corazón del objetivo de SER maestro

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  6. El problema 3. acoso lo he vivido por parte de estudiantes y también de compañeros de trabajo, claramente afecta de muchas maneras, sin embargo uno se va volviendo más fuerte y hasta se acostumbra, la manera de solucionarlo, pienso que se hace desde adentro, es decir tener una conciencia tranquila y no cargarse con lo que otras personas hablen o hagan, lo importante es actuar de la mejor manera, sin ponerse al mismo nivel de acoso. Recomiendo mucho los 4 acuerdos https://formarse.com.ar/libros/libros_gratis/inspiradores/LOS4ACUERDOS.pdf, son faciles de entender y aunque aplicarlos no lo es tanto, con esfuerzo y fuerza de voluntad se pueden implementar en nuestra vida.

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  7. 7. La investigación, ¿sirve para algo?

    Claro que sirve, pero se necesita tiempo, comunidad y cultura académica para hacer investigación de ambos tipos, es decir la que solicita la Universidad y las clasificaciones a las que aspira e investigación libre de dichos rankings, me gustaría pensar que esto es posible dependiendo de las personalidades de los docentes.

    Igualmente se debido a lo que expone el autor y seguramente muchas otras causas más la mayoría de profesores no investiga a propósito, les comparto la siguiente columna que encontré hace un tiempo: https://elpais.com/elpais/2018/08/24/ciencia/1535110934_810395.html

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  8. Respetuosamente creo que las dinámicas cambiantes de la educación no afectan mi labor, la tecnología hace parte de mi diario vivir y no lo siento como un obstáculo sino como una nueva oportunidad de ser parte de un cambio cada día más palpable, la información es algo que debería existir libremente para todos los seres humanos y que no debería ser plasmada de maneras tan complejas como algunos catedráticos del pasado lo hacían ver, todo evoluciona y la educación hace parte de ese proceso, la selección natural hará cambiar la dinámica y los modelos que existen en el presente.

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  9. Dado que actualmente no soy docente, he podido observar diferentes casos en los que la labor administrativa en grandes cuantías para un profesor, hace que se desvíe la atención de las labores realmente importantes tales como la preparación de una clase de calidad, la calificación adecuada de trabajos y el seguimiento detallado al proceso de aprendizaje de los estudiantes.

    Si bien es cierto que existen cargas de horas laborales asignadas y que no necesariamente los profesores se gastan todas las horas en docencia, es preciso ver que los picos de trabajo administrativo pueden llegar a entorpecer la dedicación que se les pueda dar a los estudiantes, esto a la final puede afectar la experiencia académica.

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  10. Buenas Tardes.

    En referencia a la lectura,puedo concluir lo siguiente:

    Estoy de acuerdo que, como Docentes vivimos en unos niveles de estrés bastante altos, sobre todo en las épocas de cierres de notas, allí se evidencia el mal N°6 "El sistema educativo "marketinizado": el estudiante siempre tiene la razón", los alumnos, hoy en día son muy displicentes en las clases, han perdido el interés en el tablero y esto nos obliga a buscar nuevas estrategias de enseñanza.

    Para tener un trabajo estable en las Universidades que están en proceso de Acreditación de Alta Calidad, es necesario tener una muy buena preparación pedagógica y aquí aparece el mal N° 4 "Hay que luchar mucho para ascender", ya que usted va ganando en escalafón, no sóo por formación sino también por antigüedad y buen desempeño, situación que es un poco compleja.

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  11. Andrés Rodrigo Santana Murcia: En mi opinión los males que más aquejan a las universidades colombianas son el 2 y el 6. En primera instancia, cada vez se dedican más horas al desarrollo de reuniones y procesos administrativos, de manera que la docencia, la función esencial de un profesor pasa a segundo plano. De esta manera se ponen obstáculos a la innovación y la actualización constante del currículo.

    La mercantilización de la educación superior y la visión del estudiante como cliente han cambiado de manera significativa la relación profesor-estudiante, hasta el punto que el estudiante muchas veces pone en tela de juicio la idoneidad de profesores con experiencia y conocimiento. Aunque no está mal que los estudiantes sean críticos frente a los contenidos aprehendidos y su utilización, el problema principal es poner en entre dicho las habilidades del docente frente a la comunidad académica. Finalmente, se pone de manifiesto la obligatoriedad de trabajar por el logro de una calificación, que muchas veces no debe ser inferior a un mínimo establecido por el propio estudiante.

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  12. Ninguno de esos males me es familiar ya que mi campo de acción no es la docencia, pero sin embargo, identifico en mi trabajo que los docentes se sienten mal remunerados, ya que las horas de trabajo son muy extensas y trabajar con los alumnos no es fácil, sus actividades de tiempo libre se ven limitadas, deben estar actualizados todo el tiempo y las exigencias ambientales y los diferentes contextos les exigen nuevos conocimientos y cumplimientos de políticas y parámetros; todo esto lleva a mas gastos económicos y de tiempo, por lo que merecen mejores salarios y ambientes de trabajo con mas beneficios y calidad de vida.

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  13. El día que el profesor pasó a ser un burócrata.
    Respecto a este supuesto mal, veo en el autor una concepción donde la universidad solo son los docentes, desconoce que es una unidad de pensamiento compuesta por diferentes estamentos, que le dan coherencia al sistema, y por ello requiere de herramientas que permitan el seguimiento de los procesos docentes. Decanos, directores de programa, administrativos, coordinadores o jefes de área hacen parte también de este mundo y perfilan una mirada hacia el conocimiento, no solo existe el profesor como ser independiente sino como un garante de la calidad del proceso pedagógico particular de la escuela.

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  14. Considero que la investigación (punto 7) es el camino hacia la innovación y aplicación de conceptos en el campo académico y profesional; pero que sea la razón de ser de docentes y grupos 'cerrados' de conocimientos parciales, ´viciando la investigación' y creando 'burbujas temáticas' y buscando el reconocimiento rotativo (el cual consiste en publicar de manera grupal y rotarse los créditos), desinflan y vician los objetivos y búsquedas de los profesores que luchan por el conocimiento y la verdad, como plantea Nelson Molano (2019) en su 'Blog' (nelsonmolano.blogspot.com), citando a Edward Masefield,[...] “hay pocas cosas terrenas más hermosas que la universidad: un lugar donde los que odian la ignorancia pueden luchar por el conocimiento, y donde quienes perciben la verdad pueden luchar para que otros la vean”.

    No se debe caer en grupos cerrados de investigación, se deben denunciar y evitar las miradas parciales o temas de moda que desconozcan la universalidad del conocimiento.

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  15. Tal vez uno de los mayores efectos negativos sobre la generación de nuevo conocimiento ha sido el diseño de sistemas de medición de la actividad de investigación. Sin lugar a dudas el interés de los investigadores se a desplazado del enfoque en la pregunta de investigación al enfoque de generación de puntos que logre que el investigador sea reconocido por la entidad encargada de la acreditación en el nivel más alto posible. Entonces ahora, Universidades y docentes investigadores se enfocan completamente en los criterios de evaluación en lugar de la generación de nuevo conocimiento, la gestión entonces de la investigación, entendida gestión como la administración del sistema de investigación, se enfoca en la capacidad de comprender los complejos modelos de evaluación para el reconocimiento de grupos de investigación y de investigadores, que suelen ir acompañados por importantes presupuestos de la Universidad en lugar de trabajar sobre líneas de investigación que le permitan a las instituciones y a sus docentes, aportar al estado del arte del conocimiento específico y "mover" la línea de conocimiento en la investigación básica.

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  16. No hago parte del cuerpo docente de la universidad, sin embargo, desde el área en la que trabajo puedo evidenciar el nivel de competitividad que se maneja entre los docentes, tal como lo dice el autor “la rivalidad, la competitividad, las camarillas de poder o las guerras intestinas” son factores de riesgos psicosociales.

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  17. El sistema educativo "marketinizado", el estudiante siempre tiene la razón: diversas instituciones entran a privilegiar al estudiante y darle la razón ante diferentes circunstancias con los docentes, siendo las calificaciones el principal motivo de queja y en el cual muchas veces se le da la razón a los estudiantes. Tal vez la solución esté en no ver a quien se le da la razón, sino en dejar de pensar al estudiante como usuario y al docente como prestador del servicio. Se trata de valorar los procesos de enseñanza y sobre ellos el papel preponderante que ha de tener el docente como agente educativo.

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  18. Es evidente que son todos males de nuestras universidades lo que genera en el cuerpo docente un progresivo deterioro de su motivación y por ende de su calidad laboral.
    Considero que los principales males son el 2. Burocracia y 8. Sentido de inutilidad. Estos han transformado el trabajo docente que debería ser apasionado por enseñar en un proceso de cumplir indicadores algunos de ellos sin sentido.

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  19. Más que familiarizarme con alguno de los "males" que se ilustran en el blog, y haciendo un análisis de la primera afirmación del administrador de la Universidad de Harvard Henry Rosovsky que señala que “a diferencia de la educación primaria o secundaria, la universidad está formada por alumnos ya adultos, “que son gente más exigente”, y el profesor está obligado a actualizarse continuamente.” Es evidente que la problemática que pueden presentar los ambientes universitarios en las universidades de los Estados Unidos o de otras regiones del mundo son muy diferentes a las que se pueden evidenciar hoy en día en Colombia, en donde muchos de estos espacios han sido utilizados, mal intencionadamente, por grupos que van en contra de las autoridades y políticas públicas entre otras, generando con ello vías de hechos que van en contra de la institucionalidad.

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  20. Leí hace un tiempo un artículo sobre el choque que sufren los estdiantes al regresar a estudiar un programa de posgrado especialmente aquellos provenientes de otros países o quienes llevaban bastantes años retirados de las aulas. Curiosamente, uno de los autores había estado bajo tanta presión de la universidad por publicar constantemente que tuvo que retirarse de su labor docente.
    La forma en que avanza la competitividad en la educación superior y las exigencias que hacen a los docentes crea la necesidad de estar innovando sin tener el tiempo suficiente de revisar la calidad de lo que se está enseñando o aplicando en el aula. ¿Qué tan realistas son las exigencias a los docentes en el ambito investigativo que llevan a frustrarlo y alejarlo de su propia vocación?

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  21. Desde mi punto de vista, es el mal #4:Hay que luchar mucho para ascender, porque siempre he pensado que con el paso del tiempo, para ser contratados en una Universidad, los docentes requieren un nivel de conocimiento más alto que en épocas anteriores, lo que implica una inversión mayor en estudios, investigación y desarrollos, aunque no siempre se ve compensado por los estudiantes, e incluso la remuneración no es acorde a sus conocimientos y estudios.

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  22. Luego de leer los males del profesor universitario, me pregunto de qué manera el uso de las tecnologías contribuye a mejorar este panorama. En principio me parece una tarea adicional que contribuye a adicionar acciones a la ya recargada agenda, aunque tal vez a más largo plazo pueda evitar repetir información y dedicarse a ser más creativo.

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  23. Jorge Rodriguez: En general todos los males son familiares, talvez unos resalten más que otros, En la actualidad la profesión docente está precarizada, las actividades de un docente que es tiempo completo son demasiadas, en el punto que se debe tomar tiempo de las actividades personales para responder en el trabajo y muchos de los estudiantes no asumen su rol de aprendiz y creen que desempeño depende únicamente del profesor. Es una profesión que da mucha gratificación, pero ha perdido su importancia en la sociedad.

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  24. Desde mi punto de vista, uno de los males que más perjudica nuestro que hacer es confundir la labor docente con las actividades administrativas, en pro de la "eficiencia" muchas universidades cargan a los docentes con tareas administrativas a las cuales dan más valor que la preparación de clases y el trabajo de acompañamiento a estudiantes; eso deja una franja muy pequeña para innovar y vivir.

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  25. En relación con este artículo estoy de acuerdo con el mal número 4. Hay que luchar mucho para ascender, ya que es una relaidad tacita y a veces abrumadora desde la mirada humana ya que en medio de la labor docente y administrativa se va la mayoría del tiempo y para poder cumplir los requisitos para ascender se deben diposner de tiempos adicionales y otros recursos tanto económicos físicos, familiares y demás para poder alcanzar el escalafón docente que se quiere.

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  26. Considero que todos los casos afectan al docente actual, pero en especial la asignación de labores administrativas que lo apartan de su esencia y la dificultad para ascender lo cual hace que los ingresos sean bajos.

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  27. Un artículo acertado. Al igual que la salud y otros servicios en la sociedad, la educación requiere un andamiaje institucional que no dependa exclusivamente de las lógicas de mercado, ni de una carrera pseudo investigativa, en la que se encausó el mundo y cuyos resultados han sido desastrosos.

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  28. A propósito de, “El sistema educativo "marketinizado": el estudiante siempre tiene la razón”, pienso que la industrialización, dentro de un marco socioeconómico, ha provocado que la Educación se perciba como una actividad meramente industrial, y, por consiguiente, como parte del sistema económico y productivo.
    La ‘educación privada’ no deja ser más que una empresa lucrativa, lo que deviene, necesariamente, en la mercatilización; la competencia no es por la calidad de la Educación, sino, más bien, por los precios, y, en los últimos tiempos, por el menor tiempo que tome formarse como un profesional.

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  29. Camila G: A pesar de estar de acuerdo con la mayoría, el mal número 5, pues la brecha entre el sector productivo y el sector educativo en términos de salarios es evidente. Mientras que en el sector productivo un empelado con menos cualificaciones, experiencia y publicaciones está a la cabeza de un cuerpo igualmente, menos calificado; en las universidades, todos los empleados son altamente calificados, por lo cual la exigencia y competenciaa es mayor, adicional a la carga excesiva que se pone en los hombros de los estudiantes

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  30. Los 8 males del profesor Universitario no es un mal de propio del profesor si no de la educación Universitaria que deviene de un problema estrictamente político. Desde que los estados han dejado que la educación responda a las lógicas del mercado es inevitable que estos males ocurran. Para mitigarlos se deben modificar las políticas de educación como un problema de estado.

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  31. En el numeral 2 se refleja un poco la perdida en el interés pedagógico ya que la burocracia ha sido muy latente en las instituciones y esto conlleva a que los estudiantes salgan mal preparados porque el docente no tiene el tiempo suficiente para preparar sus clases.

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